Queridos, hay
redes que atan y redes que unen. Ojalá no se cansen ustedes, nunca
se cansen, de seguir tejiendo esas redes que unen a los que todavía creemos que
hay otro mundo posible, un mundito que espera en la barriga del mundo que
conocemos y padecemos. Porque es una penitencia, pero no un
destino, este mundo que nos obliga al arrepentimiento de toda pasión y a vivir
prisioneros del miedo y de la obediencia.
Vuelan abrazos ,siempre,
Eduardo Galeano
Esta Red Sin Fronteras
que hacemos y vivimos es un puente que sirve para atravesar fronteras. Somos
jóvenes, niñas y niños, profesoras, profesores, y personas que se comprometen con un cambio
cultural. Venimos intercambiando y haciéndonos familia, desde lugares como
Senegal, Canarias, Sáhara, Palestina, Haití, desde campos de refugiados,
escuelas, aulas, calles y casas.
Conseguimos abrir
comunicaciones sinceras, entre iguales; forjamos amistades duraderas a pesar de
las distancias y los muros. ¡Cuánto queda por hacer! ¡Cuántos obstáculos
mentales y físicos nos separan a las personas de los países “empobrecidos” de
las personas de los países “enriquecidos”!.
Pero ¡ bailemos y
trabajemos con contagiosa alegría ! porque cada vez somos más y más conscientes.
Incluso dimos un pasito más allá: invitamos a niños y jóvenes refugiados a ser
miembros plenos de esta comunidad, para que puedan intercambiar directamente
con todos nosotros. ¡Ojalá falte poco para que todos los niños refugiados,
todos los niños trabajadores, todos los niños en situación desfavorecida sean
escuchados a diario por los jóvenes del mundo, de forma directa!
Somos parte de un
movimiento cultural necesario para mejorar el planeta, la cultura tiene que
cambiar porque si no cambia la cultura, no cambia nada.
1) Cambiamos la forma de relacionarnos con los
hermanos de las otras orillas. Nos relacionamos entre
iguales, rompemos los estereotipos de superioridad-inferioridad;
construimos amistades y alianzas para la vida, no sólo para un momento
puntual.
2) Cambiamos la manera de organizarnos. Movemos acciones y proyectos en red, sin jefes. Resulta difícil
porque estamos muy habituados a funcionar dentro de jerarquías, pero, por
supuesto, es posible.
3) Cambiamos la relación con los gobiernos. Informamos
a los gobiernos y les animamos a colaborar pero somos celosos de nuestra
independencia porque este trabajo nos
corresponde a las personas llanas, no a los gobiernos; que en pleno siglo XXI ya
tenemos las herramientas, sólo tenemos que focalizar la voluntad.
Queremos que mucha más
gente cruce el puente, que el intercambio fluya más y mejor, con una visión
idealista y comprometida. Queremos que muchas más personas puedan viajar a
conocer a sus iguales. Cuando no es posible, empleamos las tecnologías, por eso
tenemos que ingeniárnoslas para que nuestras interacciones en la distancia tengan cada vez más calidad y profundidad.
Hoy estrenamos un
periódico y una radio hecha por y para personas que sobrepasan las fronteras. Necesitamos una nueva
comunicación para una nueva cooperación a prueba de manipulaciones. Este
periódico y esta radio ayudarán a que los más jóvenes de esta Red Sin Fronteras
tomen más y más protagonismo, a que encuentren facilidades para seguir
enlazados al terminar sus estudios, a difundir iniciativas que dan mayor
profundidad y calidad a los intercambios; también para salir al encuentro y
hacernos eco de otras personas, asociaciones, redes que laten con el mismo
espíritu de hacer cambios positivos.
Queremos animar a familiares
y amigos a hacer un esfuerzo para salir de la zona de confort, encararse con sus
miedos y romper el espejo… ¿Qué espejo? el espejo envenenado que nos hipnotiza,
el construido por los medios de comunicación interesados, los miedos
aprendidos, los prejuicios, la pereza.
Cuando, tu desde tu país
y yo desde el mío, rompemos juntos ese espejo, cuando conozco tu realidad por
ti directamente y no por lo que la televisión me dice de ti, entonces nuestras
realidades se transforman, cambian nuestros pensamientos, y con nosotros cambia
el mundo.
No somos tan diferentes, al mirarte me
veo a mí mismo. Somos una misma realidad que se multiplica…Así descubro que necesito
al otro, que es mi espejo. Veo que somos complementarios, que tu tienes
valores, tradiciones, conocimientos, fortalezas que necesito.
Ahora podemos construir relaciones de
apoyo mutuo verdaderas rompiendo con los errores de la cooperación
institucional. Entramos por fin en una relación entre iguales.
“Hermanas y hermanos del
otro lado, ¡no hay otro lado, es el mismo!”
Rafael Blanco, Amadou Ba, Carlos Merino
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